Antes de entrar en detalles de este análisis de Forced Showdown, os ofreceremos una pequeña premisa de lo que nos encontraremos en el título, un videojuego indie de acción con un toque de rol y estrategia, creado por la compañía danesa BetaDwarf.
La historia te pone en la piel de un gladiador encerrado en un área muy limitada y tu objetivo es acabar con el resto de seres de la zona porque en este mundo es matar o ser asesinado, no hay alternativa. ¿El motivo de todo esto? Pues he de felicitarte porque eres la estrella del gran show de la galaxia entera, que está esperando expectante tu triunfo –o muerte- a lo largo de las mazmorras que cruces.
Se juega con vista cenital, es decir, la cámara se sitúa en el aire, por encima del protagonista y los enemigos. Si hubiese que definirlo con más exactitud, Forced Showdown es básicamente un hack ’n slash en el que tienes que acabar con todos los enemigos de cada una de las fases que compone cada arena. Un rogue-like, en definitiva, para el que conozca el término.
La clave que lo diferencia de otros productos de similar índole es la integración en el sistema de combate de una serie de cartas que pueden usarse al principio de cada fase (con el coste del maná que tengas disponible, que va aumentando según avanzas en la arena) que te otorgan ventajas diferentes: pueden potenciar las habilidades de tu héroe, curarte, añadirte aliados, aumentar tu daño o tu defensa… algunos son de un solo uso, otros para esa fase y los mejores – y usualmente los más caros – de los que te beneficiarás el resto de la arena.
Y esas mismas cartas son el factor con el que juega principalmente Forced Showdown. En el menú principal, antes de entrar en el espacio por el cual accedes a cada una de las distintas arenas, se encuentra el aspecto primordial que permite la variación entre los combates: los mazos.
En este juego controlas un personaje (a elegir entre varias opciones que se van desbloqueando según avanzas) que, como se ha dicho anteriormente, tiene a su disposición unas cartas que lo potencian de una manera u otra. Pues bien, estas cartas no surgen de la nada: cada héroe dispone de una serie de ellas y es deber del jugador formar un mazo de 30 unidades con ellas y, una vez empezada la partida, algunas de ellas te aparecerán aleatoriamente; tendrás que decidir entonces cuales quieres conservar y cuales desechas. Además, en cada fase se sumará una más a tu mazo.
Esta es la principal diferenciación entre una partida y otra: las cartas usadas y sin embargo… se queda corta, muy corta. Es cierto que tiene su gracia, pero a la larga no tiene mucha chicha y tiende a sentirse lo mismo una y otra vez, cayendo en la temida repetitividad. Otros juegos de corte similar, como The Binding of Isaac, resolvían esta cuestión –inevitable en un juego de estas características- añadiendo también un factor fortuito, pero en ese caso mucho más notorio: los objetos que podías encontrar en cada una de las mazmorras marcaban profundamente el transcurso de cada partida.
Aquí, en cambio, se intenta tirar desde esa misma aleatoriedad por una vertiente más estratégica -al poder escoger tú las cartas disponibles- que no está del todo lograda, básicamente porque realmente no afectan lo suficiente a la jugabilidad como para que la diferencia sea lo suficientemente palpable.
Y es una pena, porque Forced Showdown en sí es realmente divertido de jugar, pues posee unas mecánicas simples y eficaces que resultan muy atrayentes y fáciles de dominar (sin que por ello el juego sea fácil, para eso están los enemigos) que brindarían horas de entretenimiento a los usuarios si se hubiese potenciado en mayor medida la rejugabilidad.
Además, se trata de un título muy vistoso y colorido, lleno de criaturas que atacan con luminosos láseres mientras el personaje que controlas le devuelve la moneda con poderosos golpes que desprenden destellantes partículas. Todo muy bonito -y el plano cenital lo favorece-, una lástima que no esté del todo bien aprovechada.
Una vez contado todo, es decisión tuya si decides embarcarte en este viaje: ¿quieres ser una suerte de gladiador y jugarte la vida luchando contra monstruos hasta saciar tu sed de sangre partículas, o prefieres rechazar la oferta y optar por una alternativa más rejugable? Si tu respuesta es la primera opción, Forced Showdown te dejará muy satisfecho.
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