Hoy tenemos preparado un nuevo análisis,nada más y nada menos que el Plants vs. Zombies Garden Warfare 2, en su versión para Playstation 4. Un shooter en tercera persona creado por PopCap y distribuido por Electronic Arts.
Este juego es la segunda parte del primer Plants vs. Zombies Garden Warfare, que es a su vez una especie de spin-off del afamado Plants vs. Zombies. Y este es probablemente el mejor resumen que podemos dar. Se trata de una nueva entrega de lo mismo, pero con más contenido.
El juego comienza, literalmente, controlando a un personaje de las Plantas en medio del territorio Zombi. Se trata del tutorial. Tendrás que salir de donde te encuentras y pelear contra unos pocos zombis para aprender los controles básicos. Posteriormente te llevarán a la base de las Plantas. Ahora comienza el juego.
Y así de directo es este título. No hay ningún tipo de menú. Al entrar al juego entrarás a El Patio. La zona de batalla entre ambos conjuntos. Desde aquí podrás cambiar de personaje, acceder a las misiones de ‘la trama’, hacer misiones secundarias o hacer un poco el loco por ahí disparando a todo lo que se mueva.
Trama entre comillas porque, evidentemente, la historia en este juego importa más bien nada. Es un método como otro para mantenerte enganchado y darte monedas in-game para los desbloqueables. Hablaremos de esto un poco más tarde.
Me gustaría hablaros del mensaje. Como toda obra, este juego debería de tener un mensaje. ¿Quizá podría ser la estupidez humana, que se refleja con los zombis, en su intento por dominar la naturaleza, reflejada por las plantas? Eso es lo que me gustaría pensar. Pero sinceramente, creo que este juego tiene otras prioridades.
¿Cuáles son esas prioridades? Fácil. Jugar. Divertirte. Te aviso desde ya, este no es un buen juego narrativo. Tampoco tiene una buena historia. Este es un juego de pura jugabilidad, válgame la redundancia. Por esto mismo lo podríamos encuadrar dentro de los Rocket League, Mario o Call of Duty (que alguien me mate por decir esto por favor). Desde luego que meterlo dentro de otro grupo, sería una desconsideración.
Es por esto mismo por lo que nos centraremos en ver sus modos de juego, su jugabilidad y sus posibilidades. Si esperáis un análisis más profundo, habéis elegido el juego incorrecto.
Empezaremos en profundidad a hablar de lo que el juego quiere que hablemos. Hay un total de 14 clases distintas. 7 para las Plantas, y 7 para los Zombies. Hasta aquí, nada que objetar. Si a esto le añadimos que las clases son bastante diferentes, con habilidades y características únicas que realmente se notan, queda un buen combo. Para qué negarlo.
Además de esto, que es la base, tenemos varios ‘modos de juego’. Podemos ir al grano y completar las misiones de uno u otro equipo. Así es como avanzará la historia. Sin embargo, estas misiones resultan bastante monótonas. No tienen un objetivo claro más que ir de un lado a otro metiendo tiros. Además, el pretexto suele ser bastante absurdo. Y todo está bañado con el humor que caracteriza la saga. No obstante, llega a ser realmente cargante. Si te ibas a gastar el dinero que cuesta el juego en comprartelo para esto, mejor empieza a hacerte con un buen jardín. La experiencia será similar.
(Esto te puedes encontrar buscando por ahí)
Luego tenemos coleccionables, misiones secundarias, secretos… y todo esto mientras haces el capullo. Puedes modificar tu base. Asaltar la del enemigo y matar a unos cuantos de sus personajes. Hacer alguna que otra misioncita… Lo que viene a ser una especie de sandbox. Pero en un mundo tremendamente pequeño. Con falto de contenido real y variedad para un juego. No seamos derrotistas, esto solo es una parte del resultado final.
Ahora es cuando viene el grueso del juego. El multijugador. Tanto a pantalla partida (gracias, este noble y divertido hacer se está perdiendo) en el que podrás completar el mundo junto a 3 colegas más. Exactamente lo mismo que hemos dicho hasta ahora. Pero las risas y la diversión se multiplican. Sinceramente, tampoco es complicado.
Pero por otro lado tenemos el multijugador online. La razón principal de la compra de este juego, sin duda. Una historia sosa. Un mundo con contenido vacío. Mucha locura sin ningún sentido. Lo único salvable es la diversidad de personajes y el modo cooperativo. Eso es el juego hasta ahora. Sin embargo, tiene la suerte de tener un buen multijugador.
En la base de tu equipo que está situada en ‘el menú’ (al fin y al cabo no sirve para mucho más) te encontrarás con el portal multijugador. Como su propio nombre indica, te da acceso al multijugador. Yo creo que merezco un Premio Nobel por desentrañar este misterio. Ahí lo digo, ahí lo dejo. Aquí podremos jugar a 6 modos de juegos distintos en equipos de 12 jugadores cada uno. ¿Pocos modos de juego? Discutible. ¿Divertidos? Indudable.
Y es que basándose en los tópicos ‘Batallas por equipos, Baja Confirmada, Dominio’ de los Call of Duty de toda la vida, este juego es capaz de divertir. Las batallas son muy divertidas. Pasarás además un buen rato buscando exactamente tu personaje ideal. Aprenderás a controlarlos a todos, y sus habilidades.
Mi favorito de cada equipo.
La locura y el frenetismo son brutales. Quizá excesivos. Y es que si unimos la estética del juego, la cantidad de personajes en pantalla, las habilidades y la velocidad del juego, puede ser que termines 3 partidas seguidas sin que te hayas enterado de absolutamente nada. Si quieres algo más táctico, olvídate. Pero si te va eso de lanzarte a hacer el loco, esto te va a encantar.
Para qué negarlo, aunque simple, absolutamente carente de innovación, básico y casi insultantemente normalucho, el multijugador de este título divierte. Y bastante. Si juegas con unos cuantos amigos ya puede ser un completo desmadre, desde luego.
Sin embargo, se plantea un problema. Un problema que es seguramente el gran peligro de cualquier multijugador competitivo. El desequilibrio. Porque lo hay, desgraciadamente.
Tanto en la sinopsis como yo mismo hemos dicho lo mismo. Hay dos equipos. Cada uno con 7 clases. Pero para nada resultan equitativos. Para ser francos, los Zombies están rotos. Pero mucho. Y no me refiero a los huesos. Digamos que cada clase de un equipo tiene su equivalente en el otro. Pero es que en esta comparación los Zombies siempre ganan. De hecho, en todas las partidas multijugador que he jugado han ganado los Zombies. Al menos en el 90% de los casos. Sin exageración. Más aún, de las partidas que he jugado con las Plantas solo he ganado una.
Es muy triste, la verdad. Yo soy malo en estos juegos, no voy a negar lo obvio. Pero cada vez que he cogido a un Zombie he ganado la partida. Así de simple. El problema real de esto no es mi percepción como jugador. Eso tiene fácil solución. Escojo un Zombie que me guste y a divertirme. El problema real es que el resto de la gente también lo percibe. Claro, esto genera obvios problemas.
El más evidente y palpable, las partidas están desequilibradas. Muchas veces he querido coger a alguna Planta para utilizarla a fondo, pero ha sido imposible. Un constante ciclo de vida y muerte, como si cada primavera llegara antes de lo previsto. Además, en el momento en el que buscas partida como uno de los Zombies ocurre otro problema, el juego no te deja porque el equipo rival está lleno. Entonces la solución es echarte para otro equipo. Lástima, de verdad. Si no, todo sería más bonito. Y hablando de eso…
El aspecto visual es, haciendo honor a la saga, muy alegre y primaveral. Llamativo y colorido. Animado. Si nos ponemos melancólicos, la locura de los diseños y la estética recuerdan y mucho a los Ratchet & Clank. Aunque esto en ocasiones puede generar problemas, como cuando se juntan una gran cantidad de personajes en un mismo punto. Lo llamativo de cada uno hace que realmente cueste distinguir a unos de otros, ya que no hay una característica común que señalice a ambos equipos.
Esta gran estética, que además viene marcada de detalles, junto a la cantidad enorme de personajes y la amplitud de los mapas, que no es desdeñable en absoluto, podría dar a pensar que el juego iría mal técnicamente. Nada más lejos de la realidad. El juego es fluido como él solo, y en un título de estas características, se agradece.
Algunos escenarios del juego.
Por otro lado cuando llega el momento de buscar partidas el juego va como la seda. No tardarás ni 20 segundos en estar jugando (si has tenido la suerte de no toparte con ningún equipo Zombie). Esto contrasta con la primera pantalla de carga. No es algo que sea realmente importante, pero me han parecido curiosos y anecdóticos los casi 10 minutos que le ha costado al juego arrancar.
Hablemos ahora de gráficos y sonido. Ya está. No estoy de coña. Realmente no hay mucho que destacar. Los gráficos cumplen y el sonido es malo, salvo el de los efectos. No hay banda sonora más que un par de canciones que bien podrían ser las melodías que vienen por defecto en los móviles. Si no jugáis con amigos mi recomendación es que os pongáis vuestras canciones favoritas. Hay poco, y no muy bueno. Y ya que decimos esto…
En este momento vemos la verdadera naturaleza del juego. Pongámonos metafóricos. Imaginad que un videojuego es como un enorme bocadillo. Puedes comerte el pan solo, y queda sin nada. Lo que sería un juego vacío y soso, que sería casi mejor no haber jugado.
Puedes hacértelo con tus ingredientes favoritos. Quizá te guste tirar por lo vegetal y le pones lechuga, tomate, pepino… O algo más clásico, jamón, queso y tirando. Algo más carnívoro, como ternera o pollo… Eso sería un juego bueno, al gusto de cada uno. Que se ha adaptado y ha salido muy bien. Puede que nos sorprenda o algo, pero seguro que nos ha dado un muy buen rato.
Pues este juego no es ninguno de esos ejemplos. Este juego es una enorme barra llena de aceite, huevos fritos, patatas fritas, 17 salsas diferentes, 40 tipos diferentes de vegetales, 28 especies animales con sus diferentes carnes, tartas de chocolate y el queso que producen todas las vacas del mundo juntas. Acaba chorreando. El contenido del bocadillo se sale por todos lados. A alguno le gustará, pero acaba resultado asqueroso e incomible para la mayoría.
Para hablar claro, el juego ofrece demasiado para lo que realmente es capaz de dar. Un montón de skins, de aspectos, de coleccionables, de pegatinas para decorar tu base… Un contenido lleno de grasa, pero sin vitaminas o aportes. Me ha quedado como Karlos Arguiñano. Espero que se entienda.
Que haya puesto este punto al final no es inocente. Este juego es un sacacuartos. Espera engancharte con un infinidad de coleccionables para que te dejes el dinero. Hay una cosa llamada ‘pegatinas’ que ya he nombrado antes. Estas son un paquete de unas cartas que desbloquean aspectos, habilidades y algunas mejoras para tu base. El juego es divertido, pero aquí se les ha ido de las manos y se les ha visto el plumero. Puedes conseguir muchas monedas jugando, sin duda, pero puede que no te valga la pena. Sin embargo, el humor del juego dice todo lo contrario.
Está muy presente en el juego. Un humor muy tonto, pero gracioso y ocurrente. Las misiones de la trama principal vendrán precedidas por conversaciones y situaciones absurdas. Termina cansando. Acaba siendo hasta asfixiante. Todo, y cuando digo todo es todo, está ensalzado con este humor. Pero si pensamos fríamente que hemos pagado por este juego su buen dinero, y que además nos intenta convencer de seguir gastando para una nueva flor o un nuevo tatuaje usando un chascarrillo tonto y que intenta ser inocente… mal.
Pero el cúlmen de la desfachatez ocurre en un momento muy claro de la partida. Cuando estás un rato sin tocar el mando, y como es habitual en todos los juegos, salta un mensaje. Lo normal es que ponga algo así como ‘debido a su inactividad ha sido expulsado de la partida’. Aquí lo que sale es esto:
Una declaración de intenciones en toda regla. Cada uno lo podrá interpretar con uno u otro humor. Pero os voy a contar mi experiencia. Yo enciendo el juego, y después de unas dos horas de descargar las actualizaciones, me dispongo a jugar. Claro, me pongo a jugar es sinónimo de mirar la pantalla de carga durante 10 minutos. Tras eso completo el tutorial, descubro el campo de juegos principal… Me aventuro con las misiones, hago algunas y completo un trozo de historia con las Plantas. Decido que es un buen momento para el multijugador.
Encuentro partida rápido, pero pierdo una vez tras otra. Es por eso que decido cambiar de equipo. Manejo a los Zombies. Mucho mejor. Hago sus misiones. Son las mismas con otro nombre. Entonces cuando me dispongo a escribir sobre esto, dejo el mando sobre la mesa y empiezo a anotar todos estos detalles. Entonces, salta el aviso. Lo miro. Sonrío. Reflexiono. Arqueo la ceja. Apago la consola. He decidido la estructura final del análisis, que se verá modificada por las horas extras de juego que le echaré en los días siguientes.
Y esto es lo que ha quedado. No os voy a mentir. Este juego me empezó sorprendiendo. Muy llamativo y colorido. Además con potencial para ser divertido. Pero como cuando mascas un chicle, al principio es divertido y tiene su gusto. Pero con cada movimiento de mandíbula te vas cansando más y más, y el chicle pierde sabor. Al final, buscas desesperadamente un sitio para tirarlo con la mandíbula dolorida.
No nos engañemos, tampoco es un mal juego. No innova en absoluto. Tira de lo básico pero a su estilo para entretener, y lo consigue por momentos. De hecho, es una copia del primer juego, pero con más contenido y algún retoque. El multijugador y con amigos lo mejora bastante. Sin embargo, su ingente cantidad de desbloqueables sin sentido le sienta lo suficientemente mal como para acabar siendo empalagoso y cansante. Acabas pensando que no juegas para divertirte, sino por desbloquear algo más. A cada partida te dan algo, y cansa.
A veces no quieres que un juego que te cambie, simplemente quieres echarte un rato y echar unas partidas. No quieres que te bombardee con contenido que no te interesa. Y en eso es en lo que Plants vs. Zombies Garden Warfare 2 se basa. Su único propósito es entretener. Pero como una flor, se planta, crece, y muere, antes de una primavera. Y este juego ha llenado esa flor con transgénicos que la han matado antes de tiempo.
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