Torment: Tides of Numenera es uno de esos juegos de rol densos, de mucho leer y con temas profundos. No es para todo el mundo, pero si eres fan del rol de ordenador añejo… mucho ojito con él.
Aún recuerdo mi asombro la primera vez que jugué una partida de rol. Me sentía incapaz de asumir todas las posibilidades que tenía ante mí para afrontar los conflictos y, además, solo necesitaba dos condiciones para que se llevaran a cabo: que el máster estuviera de acuerdo y que los dados también. Es fácil hacer esta comparación ahora con Torment: Tides of Numenera. Al fin y al cabo, es justo lo que el juego quiere que haga.
Un Kickstarter de más de 4 millones de dólares de recaudación que es el predecesor espiritual de Planescape: Torment (juego en el que se inspira y que desgraciadamente no he podido jugar) se unen con un mismo objetivo: traer de vuelta el rol clásico de ordenador, de leer, de enormes posibilidades, de leer más, de varios personajes, de leer un poco más, de genial ambientación, de leer mucho, de trabajada historia, y de seguir leyendo. Y ya os adelanto que Tides of Numenera cumple fantásticamente bien con todas estas atribuciones. Especialmente en la de leer mucho.
¿Qué importa una vida?
Hay un detalle mágico en el “personaje” principal: te contesta cada vez que ordenas una acción. Si ves a un mercader con el que quieres negociar y pulsas el botón de hablar el personaje dice “De acuerdo”, “Sí” o “Estoy en ello”. No es casual, sino causal: es un desecho, un cuerpo dejado por el Dios Cambiante, un cabrón que crea y usa los cuerpos que le da la gana hasta que le conviene y después deja a las personas por ahí, como un cascarón vacío esperando a ser ocupado por un misericordioso jugador o como un paupérrimo NPC.
La relación del Dios Cambiante con el jugador es directa: es la representación metafórica del
jugador dentro del juego. Un tío que se pasea a sus anchas, que hace lo que quiere y que, Image may be NSFW.
Clik here to view.cuando considera que ha terminado de divertirse con alguien, lo deja de lado, a su suerte. Él es el centro de la historia, la aventura, los acontecimientos, y, lo que no pasa por él, directamente no pasa. Y nosotros somos el último resquicio de “humanidad” que ha dejado ese piltrafa, el “Último Desecho”.
Algo que me gusta del rol es esa posibilidad de hacer grande las pequeñas historias, de no tener que enfrentarse a dioses y dragones para salvar el mundo, sino que tu odisea puede ser adentrarse en una cueva de pocos orcos que te pueden destrozar. El camino de este título es completamente diferente: sin ti no hay nada, eres el que manda y por eso hasta tu representación directa en el juego te contesta cuando ordenas algo. Y es la elección perfecta.
Este juego es una reflexión constante sobre un tema central: ¿qué vale una vida? Interpretaciones y representaciones hay muchas: el dios capullo que juega con la vida de las personas a placer, los que piensan que su labor con el universo es más importante que nada, los que se sienten los eternos segundones, los que prefieren seguir su propio camino o, los que aún siendo la pieza clave de toda esta maquinaria, habla al jugador con respeto y obedece dócilmente.
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Clik here to view.Tides of Numenera no tiene miedo de hablar, ya sea implícita o explícitamente pues se mueve entre ambas con destreza, de filosofía, sentimientos, recuerdos, relaciones o de ahondar en lo más profundo de la mente para que te cuestiones realmente qué estás haciendo con tu vida. Peca de falta de sutileza o ligereza, pero su estilo denso, intrínseco, insistente, y por qué no decirlo, un poco pedante, le permite explorar diversas formas de comunicación para llegar a pensamientos interesantes. Hace un alarde de reflexión y el jugador queda como un testigo de la elaboración del mensaje o bien es invitado a tomar parte directamente de ella.
Por ejemplo, el personaje puede revivir recuerdos de personas y cambiar así el pasado, ¿qué pasará si lo haces? ¿No estoy alterando la vida de una persona? ¿Por qué tengo este derecho? o, es más, ¿por qué se me impone como deber? En este nivel se pueden mantener las conversaciones de los monigotes que ves en pantalla, pero el juego también te habla directamente a ti. Es, desde luego, algo complejo y que no gustará a todo el mundo, pero la profundidad con la que Tides of Numenera expone y desarrolla sus temas, bastante abstractos y confusos de por sí, es algo digno de admiración.
En la siguiente página dejo la filosofía existencialista, lo prometo… O no.
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