Fate/Extella: The Umbral Star es el último título de Marvelous en ver la luz en Europa. Mucha acción y fanservice en este musou que hará las delicias de los muy fans.
Los musous están a la orden del día, culpables. Se trata de un género en plena forma que, cuando se combina con una licencia con una gran base de fans, su éxito está asegurado. Se puede hablar largo y tendido sobre esta clase de juegos de acción multitudinarios en los que, citando una frase de 300, unos pocos se enfrentan a muchos, sobre los pilares que los cimentan o las sensaciones que suelen transmitir la mayoría de ellos. Pero quizás hagamos eso otro día, hoy toca hablar de Fate/Extella: The Umbral Star, cuya base de fans es aquella que ama el universo de FateExtra y Fate/Extra CCC.
¿Qué es Fate/Extella?
Una pregunta sencilla a la hora de ser contestada: un musou de manual. Y quizás este sea su principal atractivo y su defecto más llamativo, al menos a mi juicio, pero ya llegaremos a eso. Fate/Extella nos propone batallas multitudinarias para un jugador mientras encarnamos a personajes del universo en que se basa y desatamos impresionantes golpes y combos con toda clase de efectos y resultados. Si sois fans del género sabréis exactamente qué os vais a encontrar.
Las diferencias con, por ejemplo, The Legend of Zelda: Hyrule Warriors, son mínimas. Transmite la misma sensación en todo momento. Hyrule Warriors transmitía las sensaciones de los Dynasty Warriors de toda la vida, os hacéis una idea del diseño de juego y lo que vamos a hacer y sentir en é. Matanzas que se cuentan por millares, combos de 4 dígitos, ataques especiales que llenan la pantalla de efectos y transformaciones temporales poderosas mientras capturamos todas las zonas que podamos de cada nivel al tiempo que intentamos cumplir sus objetivos secundarios y sacar una buena puntuación.
Lo cierto es que es más de lo mismo. No más y mejor, ojo. La misma fórmula exprimida a la saciedad desde hace años con un sombrero nuevo, en este caso la licencia Fate. Quien sea fan de la saga disfrutará de los personajes (con sus voces) y sus habilidades, además de su historia y lore. A quién le de igual la licencia tendrá lo dicho, un musou de manual que funciona sin ningún problema pero arrastra los mismos defectos de siempre: cámara, caos entre cientos de enemigos, nula variedad, etcétera… La cámara en ocasiones nos juega malas pasadas, aunque esto ya ocurría en otros musou (hace años y sigue sin remedio…) y el fijado de enemigos es algo confuso en ocasiones, sobre todo si se juntan dos personajes enemigos principales.
Pese a que repiten fórmula sin intención de traer nada nuevo o innovar más allá de las peculiaridades del universo en que se basan, Fate/Extella es muy dinámico e intenso. Jugarlo es lo de siempre, sí, pero lo de siempre sigue funcionando, aunque parezca mentira. Salvo que tengamos algo quemado el género, su propuesta hace que sus batallas sean frenéticas, el planteamiento hace que no podamos perder el tiempo parados. Constantemente hay que estar yendo a toda velocidad de una zona del mapa (dividido en arenas conectadas entre sí) a otra mientras intentamos conquistarlo todo y no perder nada en el proceso, lo cual viste todo de una intensidad que le da un buen toque.
Cada personaje está diferenciado en combos y estadísticas de los otros 15, lo cual añade variedad pero también actúa como arma de doble filo cuando jugamos al modo historia, pues nos podemos ver jugando con un personaje que no nos gusta durante muchas batallas, ya que es su arco principal. Todos son (mínimamente) personalizables añadiendoles un accesorio, que actúa como equipo de habilidades, y una serie de bonus pasivos cuya potencia aumenta al llevarlos equipados durante varias batallas. Este equipo se comparte entre los personajes y se crea crafteandolo con lo que dropean los enemigos tras cada batalla.
El principal aspecto negativo de la jugabilidad de Fate/Extella lo encuentro en sus partes narrativas. La historia es tremendamente densa, hay gran cantidad de diálogos entre sus personajes y pantallas de texto. Si hubiese que dividir en un porcentaje el tiempo que pasamos en el campo de batalla y el tiempo que el juego nos propone empaparnos de su historia y personajes el resultado sería de un 20% combate y 80% narración. Los que estén aquí por la licencia van a quedar saciados de lore, historia y personajes. Los que únicamente quieran jugar un musou se verán atrapados constantemente en un coiutus interruptus. Antes y después de cada batalla tocará charlar irremediablemente (imposible saltar) con los personajes durante unos 10 minutos. Y esto ocurrirá incluso si decidimos repetir un nivel para subir de nivel o mejorar la puntuación.
A poco que no nos interese su planteamiento nos encontraremos con largos periodos de tiempo sin “jugar”, tan sólo leyendo un diálogo tras otro (inglés only) mientras esperamos a que nos dejen acometer el siguiente combate. La forma de contarnos la historia dista mucho de ser entretenida o dinámica: personajes estáticos con limitadísimas animaciones, textos blancos impersonales sobre fondo azul (y esto se puede hacer bien, aquellos que recuerden el inicio con sólo texto de Firewatch lo sabrán). La historia que nos cuentan tampoco es la que podríamos ver en producciones adultas de anime como Paranoia Agent, Ergo Proxy o Evangelion, claro que estas licencias tampoco venderían en exceso salvo en el caso de la obra de Gainax.
En resumen: combates intensos con interludios que se harán eternos para aquellos a los que no les interese el universo Fate. Para todo lo demás, combate libre.
Sigan leyendo, amables culpables, si desean conocer la conclusión y mi reflexión
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