The Elder Scrolls: LEGENDS sigue en su fase beta, pero como ya os comentamos con las primeras impresiones de su modo campaña para un solo jugador, le teníamos que meter muchas más horas al resto de opciones que ofrece el juego de cartas de Bethesda para poder contaros lo que podemos esperar de él. Y ya os adelantamos que es mucho.
La alternativa rápida al resto de modos es el Duelo, una partida contra otro jugador en el que utilizaremos los mismos mazos que ya tengamos configurados. El enfrentamiento es “a vida o muerte”, no al mejor de tres o algo así, por lo que no suelen alargarse más de diez o quince minutos. Puede que alguna se alargue más o que incluso en poco más de cinco minutos todo quede listo, pero serán casos aislados.
Como buen modo online, Duelo también tiene sus propios rangos y a base de victorias iremos subiendo posiciones hasta llegar al más alto de los doce. Lo bueno es que aunque perdamos alguna partida, no bajaremos de rango. El objetivo es llegar al rango número 1 (empezamos en el 12) para convertirnos en leyenda y estar entre los mejores jugadores del mundo. A medida que subamos de rango, también desbloquearemos algunas cartas especiales.
Pero si además de pasarnos el modo historia, queremos seguir jugando contra la IA del juego, lo que podemos hacer es jugar al modo Arena. Este tipo de partidas es bastante diferente a lo que hemos visto hasta ahora, pero no significa que tengamos que aprender nuevas reglas ni nada por el estilo. El principal cambio con respecto a los modos anteriores es que no cada vez que empecemos deberemos crear nuestro mazo desde cero. Pero no estará formado por la misma cantidad de cartas (entre 50 y 70), sino que deberemos elegir 30 cartas entre las que el juego nos ofrece en tandas de 3.
Para tener éxito en este modo tenemos que conocer muy bien las cartas para poder elegir las que mejor se complementen entre ellas y nos permitan llevar a cabo el estilo de juego que mejor se nos dé. The Elder Scrolls: LEGENDS tiene muchísimas cartas diferentes, con una infinidad de posibilidades en cuanto a interacción dependiendo de lo que está ocurriendo en el tablero, así que hará falta invertir un buen número de horas para encontrar la mejor manera de enfrentarnos a cada situación.
A diferencia del modo Duelo, para ganar en la Arena y subir de rango es necesario derrotar a 8 enemigos como paso previo para poder luchar contra el campeón e intentar derrotarlo. Como os podéis imaginar, no es nada sencillo, aunque disponemos de tres “vidas” para conseguirlo. Lo bueno es que recibiremos recompensas aun siendo derrotados, siendo sustancialmente mejores dependiendo del número de victorias que hayamos conseguido hasta ser vencidos.
Si este modo os llama la atención, pero a vosotros lo que os gusta es jugar contra otras personas, The Elder Scrolls: Legends también incluye el Duelo en arena, que viene a ser lo mismo que os he contado, pero luchando contra otros jugadores. La única diferencia con el modo para un jugador es que “sólo” necesitamos ganar a 7 rivales para ganar la Arena y subir de rango. Tenemos igualmente 3 intentos, y por cada victoria podremos incorporar una nueva carta a nuestro mazo para poder afrontar con más garantías la siguiente batalla.
Como podéis ver, Bethesda no ha dejado falto de opciones el juego y, si nos gusta el género, tenemos ante nosotros una muy buena excusa para dedicarle horas y horas a perfeccionar nuestra estrategia y nuestra habilidad a la hora de confeccionar mazos. Como comentario final, The Elder Scrolls: LEGENDS tiene una tienda en la que podremos comprar sobres de cartas y accesos a la Arena, pero estos elementos también pueden conseguir ganando partidas o gastando las monedas de oro con las que el juego nos va recompensando a base de completar ciertas misiones como ganar un número concreto de Duelos, invocar un tipo de criaturas o cosas por el estilo. No parece que gastar dinero real sea una ventaja, pero ya sabemos que hoy en día es lo habitual, porque siempre pica alguien.
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