King’s Quest llega a su tercer episodio, Once Upon A Climb, y como ya hice con los dos anteriores, os traigo mi análisis. The Odd Gentlemen sigue entregándonos su trabajo en pequeñas dosis y no acabo de tener claro que sea lo mejor para un juego de estas características. La primera entrega nos gustó mucho a la gran mayoría, por su mezcla perfecta de lo nuevo y lo viejo, algo que no han perdido las posteriores, pero parece que la tendencia es a reducir cada vez más la duración de los episodios y eso le puede pasar factura.
Sé que lo he dicho en los anteriores análisis de este juego episódico y no dejaré de repetirlo en los siguientes, pero es que además en este caso toda la magia de King’s Quest se sostiene en la actuación de los actores de doblaje. Debido a que hay más cinemáticas o puzzles en los que se interactua con los NPC’s, es más evidente que el trabajo en este aspecto está cuidadísimo. El problema es que este tercer episodio parece más un capítulo de una serie de televisión que una aventura gráfica. Al hablaros de un juego de estas características, intento no perder de vista que cada una de las partes forma parte de un todo, pero también hay que tener en cuenta que después de meses de espera lo de este episodio 3 puede saber a poco.
No me habrá llevado más de dos horas dar con la solución a todos los enredos y conseguir llegar al final de esta nueva aventura de nuestro querido Rey Graham. E insisto, me queda la sensación de haber estado más rato viendo cinemáticas que jugando. No es que esperara horas y horas de acción, está claro que no es ese tipo de juego, pero si un poco más de desafío a la hora de resolver acertijos.
Realmente me ha parecido todos bastante evidentes y sólo en una ocasión he necesitado más de un intento para seguir adelante. Ya no tengo claro si es porque le he pillado el truco a los puzzles de The Old Gentlemen o porque realmente han bajado el nivel de exigencia, pero lo que seguro que se ha ido desvaneciendo es la frescura y la originalidad.
King’s Quest se ha ido volviendo más una aventura en la que las respuestas elegidas y las decisiones tomadas tienen más importancia que la resolución de los problemas. De hecho, la sensación es que todo está bastante masticado y sólo hay que dar con la tecla adecuada para poder avanzar. También hay más zonas de “habilidad” en las que tenemos que elegir el camino a seguir e ir saltando tratando de no caernos, así que entre esto y lo comentado anteriormente, cada vez me quedan más dudas de que The Odd Gentlemen haya desarrollado una aventura gráfica.
Como es lógico, no hay ningún tipo de cambio en el motor gráfico, porque aunque ya he dado mi opinión al respecto en los anteriores análisis de King’s Quest, no creo que cambiar nada en ese aspecto sea ni siquiera posible. Tampoco varia el control de Graham, teniéndonos que mover por los escenarios mediante el teclado e interactuando con los objetos con el ratón. Tampoco la gestión del inventario tiene nada de particular, pero vamos, lo poco que lo necesitamos durante el juego lo hace realmente intranscendente.
En resumen, este tercer episodio del nuevo King’s Quest llamado Once Upon A Climb no es ni de lejos lo mejor que nos han ofrecido hasta ahora los chicos de The Odd Gentlemen, pero tampoco quiero decir que se estén cargando el buen trabajo que habían hecho hasta ahora. Esperemos que sólo sea una especie de capítulo de relleno (como los de algunas series que todos conocemos) para colocar las cosas y llegar a un desenlace espectacular en los dos episodios que nos faltan.
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